Hoy ha sido un día tenso en la pajarera, al medio día nos hemos dado cuenta de que algo iba mal en la pajarera, el nido nº 5 estaba lleno de sangre por todas partes, Carolina ha descubierto que la hembra Canela que nos regaló José Carlos de Geldo (pareja nº 4) estaba llena de sangre y presentaba un aspecto muy feo, nos temimos lo peor, la agresividad de los roseicollis es bien conocida, y además se encuentra bastante acentuada ahora que están haciéndose con los nidos.
Inmediatamente capturamos a la hembra herida y tras una revisión superficial pudimos comprobar que prácticamente todo el daño estaba en una pata, de un picotazo le habían arrancado la uña y una parte del dedo, también presentaba un par de picotazos en la cabeza, cerca de los ojos. La sangre es muy aparatosa y parece que ha perdido bastante. A primera vista da la sensación de que se ha enfrentado con Gusi por el nido, y que éste lo ha defendido con ahínco frente a la hembra “invasora” (no sé, al final Gusi será todo un carácter, su hembra “Junior” está cada vez más unida a él, se han pasado toda la tarde dándose de comer y haciéndose mimos en el nido).
Como os decía, hemos capturado a la hembra y a su macho, los hemos colocado en jaulas independientes para evitar que el macho pique a su hembra y la herida no se cierre como toca, si todo va bien (en las próximas horas lo veremos) en una semana estará como nueva y podremos volver a soltarlos, pero por ahora se impone vigilar la evolución de la hembra, que ha pasado la tarde relativamente tranquila, ha comido algo, pero la noche la está pasando hecha una bola en el suelo de la jaula, a modo preventivo le hemos suministrado un complejo vitamínico en el agua, esperemos que mañana esté mejor y comience a recuperarse…
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